Navegando por la red en busca de la actualidad jurídica nos encontramos con un artículo periodístico, que critica al juzgador de la Audiencia Provincial de Madrid por absolver a un farmacéutico condenado inicialmente a un delito de acoso sexual, tergiversando la sentencia en aras de plasmar que ciertos comportamientos sexuales hacia una trabajadora como “dar palmadas en las nalgas”, no son suficiente para que se consuma el delito de acoso sexual.

Pues bien, ello es un ejemplo del cuidado que hay que tener con la lectura de algunos de los contenidos periodísticos que hoy en día abundan.

La mencionada sentencia, de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 6ª, de 9 de julio de 2012, nº 310/2012, rec. 354/2011, ponente D. Julián Abad Crespo afirma que:

“las conductas consistentes dar palmadas en las nalgas, dar un beso en la oreja, abrazar, dar un beso en los labios, acariciar la pierna o el pelo, rozar el cuerpo con el de otra persona, no implican la proposición de ninguna relación sexual sino que suponen la realización de actos de contenido sexual, por lo que no pueden constituir el sustento fáctico de una condena por delitos de acoso sexual, sino, en su caso, podrían constituir el supuesto fáctico de una condena por delitos de abusos sexuales al suponer la imposición de actos de contenido sexual por las vías de hecho, sin contar con el consentimiento de la persona a la que se somete a tales conductas, por lo que la calificación jurídico-penal de tales hechos tendría su encaje en el delito de abuso sexual del art. 181 del Código Penal EDL 1995/16398 , y no, como ya se ha dicho, en el delito de acoso sexual del art. 184 del citado Código”

Así las cosas, los hechos se quedan impunes pues la Sala considera que no son constitutivos de delito de acoso sexual sino de delito de abuso sexual, ahora bien, en apelación sólo había recurrido la defensa por lo que la Audiencia no puede empeorar la situación del condenado, esto es, no puede condenarle por un delito del que no ha sido acusado y que tiene una pena superior.