Recientemente se ha demostrado que algunos vehículos Volkswagen emiten cuarenta veces más contaminación de lo que la normativa permite. Al parecer, la marca instalaba en sus vehículos un software capaz de reconocer que el coche era sometido a un control de contaminación para que, de este modo, se activaran una serie de medidas que mantenían el nivel de emisión de gases dentro de los límites legales.

Actualmente el grupo Volkswagen cuenta en España con 683.626 vehículos vendidos, los cuales están equipados con motores diésel EA 189 UE 5 trucados para que, en los controles de emisión diesen resultados inferiores a sus emisiones reales. De la cifra total de vehículos comercializados en España, 257.479 coches eran de la marca Volkswagen, 221,783 de la marca Seat, 147.095 de la marca Audi, 37.082 de la marca Skoda y los otros 20.187 correspondían a vehículos comerciales de Volkswagen.

¿Qué perjuicios puede ocasionar esta situación?

Claramente y en resumidas cuentas, una pérdida de valor del coche, un mayor gasto en carburante, más coste en los parquímetros y una serie de dificultades a la hora de superar la prueba I.T.V.

Para poder solventar estas posibles incidencias es recomendable que, en primer lugar, el propietario del vehículo compruebe si su coche está afectado o no. Para ello es necesario que reúna todo tipo de documentación previa a la transacción, como el contrato de compraventa, la factura, el resguardo del abono, la publicidad del vehículo; y si es el caso, toda la documentación de reparaciones, así como demás costes extraordinarios que se estén sufriendo por esta razón.

Una vez reunida toda la información, el afectado tiene la posibilidad de reclamar la correspondiente indemnización por cumplimiento defectuoso del contrato por el importe de los gastos no imputables sufridos por el propietario, así como la reparación del vehículo por el concesionario Volkswagen competente, consistente normalmente en una readaptación.